A la causa de Nuestra América.
Dedicatoria.
Por la Patria Grande bolivariana, desde este espinazo andino que anida la aguerrida comunión esperanzada en el destino socialista que merecen los pobres del mundo, van estas palabras. Son una sencilla y sentida ofrenda además, especialmente para Sonia la guerrillera, indócil campesina de silvestre belleza comunera, sol de ternura y rebeldía; para esa invicta soñadora, condenada a 30 años de presidio infame por razón de sus balas hijas de altruistas ideales es que van. Ella, mujer valiente que nació y se crió en las montañas, ella que vivió siempre en el campo combatiendo contra la tiranía, fue victimada por el imperio y sus cipayos con mentiras, falsas pruebas y patrañas que buscaban destruirle
el alma y su moral indoblegable, acusándola de narcotraficante.
Pretendían con eso deslegitimar y quebrantar la dignidad y el proyecto social de las FARC, tal como también vanamente intentan con ese insurgente decoroso que es Simón Trinidad.
Si, por Simón emprende su marcha también el verbo; y por Rodrigo Granda (humanismo y generosidad a toda prueba), por románticos y magnánimos combatientes como Victor Polay, Ilich Ramírez, los cinco héroes antiterrorista de la mayor de las Antillas…; por los presos todos de las oligarquías y del imperio, por las luchas del decoro que emprenden nuestros pueblos de tierra, de maíz, de agua, de cosechas…y del explosivo acero del que nacen y renacen los destellos comunistas del nuevo día sin tiranos; por ellos, que están junto a nosotros siempre andando las montañas, los senderos, las rutas de la utopía necesaria.
Por todos los que sufren la ignominia de los halcones de Washington, desde cada latitud del planeta, labrando el presente para que por fin la historia fructifique en justicia y libertad de entre los dolores y tormentos, de entre las persecuciones y zozobras donde se vate el amor de los oprimidos, es que abren trochas estas palabras.
Compartamos a continuación los sentimientos de Sonia la guerrillera, que son un verdadero poema de aliento a las luchas bolivarianas de emancipación continental:
«Me tuvieron seis meses y medio en el hueco soportando toda clase de vejámenes. Como tu te imaginarás asumí todo esto con mucha paciencia, dignidad y aunque fueron días muy difíciles no me doblegué ante nadie porque la cárcel y la muerte son una realidad cierta para todos los revolucionarios del mundo y quienes luchan por conquistar una sociedad mejor. No me siento frustrada por el hecho de estar encerrada, al contrario la cárcel para mi abre otros espacios y forja al combatiente, así que estoy con mucho ánimo y con la moral en alto porque hay que luchar en contra de un régimen que hace las leyes a su amaño, para aplicarlas a la mayoría que son la clase pobre y trabajadora y esto hace que cada día me convenza más de la justeza de nuestra lucha, porque todos los días toma una vigencia y tiene razón de ser y de existir y este encierro no me hace cambiar mi manera de pensar porque a mi me privaron de la libertad física, más no de mis ideales.
Me despido con un fuerte abrazo».
Dedicatoria.
Por la Patria Grande bolivariana, desde este espinazo andino que anida la aguerrida comunión esperanzada en el destino socialista que merecen los pobres del mundo, van estas palabras. Son una sencilla y sentida ofrenda además, especialmente para Sonia la guerrillera, indócil campesina de silvestre belleza comunera, sol de ternura y rebeldía; para esa invicta soñadora, condenada a 30 años de presidio infame por razón de sus balas hijas de altruistas ideales es que van. Ella, mujer valiente que nació y se crió en las montañas, ella que vivió siempre en el campo combatiendo contra la tiranía, fue victimada por el imperio y sus cipayos con mentiras, falsas pruebas y patrañas que buscaban destruirle
el alma y su moral indoblegable, acusándola de narcotraficante.
Pretendían con eso deslegitimar y quebrantar la dignidad y el proyecto social de las FARC, tal como también vanamente intentan con ese insurgente decoroso que es Simón Trinidad.
Si, por Simón emprende su marcha también el verbo; y por Rodrigo Granda (humanismo y generosidad a toda prueba), por románticos y magnánimos combatientes como Victor Polay, Ilich Ramírez, los cinco héroes antiterrorista de la mayor de las Antillas…; por los presos todos de las oligarquías y del imperio, por las luchas del decoro que emprenden nuestros pueblos de tierra, de maíz, de agua, de cosechas…y del explosivo acero del que nacen y renacen los destellos comunistas del nuevo día sin tiranos; por ellos, que están junto a nosotros siempre andando las montañas, los senderos, las rutas de la utopía necesaria.
Por todos los que sufren la ignominia de los halcones de Washington, desde cada latitud del planeta, labrando el presente para que por fin la historia fructifique en justicia y libertad de entre los dolores y tormentos, de entre las persecuciones y zozobras donde se vate el amor de los oprimidos, es que abren trochas estas palabras.
Compartamos a continuación los sentimientos de Sonia la guerrillera, que son un verdadero poema de aliento a las luchas bolivarianas de emancipación continental:
«Me tuvieron seis meses y medio en el hueco soportando toda clase de vejámenes. Como tu te imaginarás asumí todo esto con mucha paciencia, dignidad y aunque fueron días muy difíciles no me doblegué ante nadie porque la cárcel y la muerte son una realidad cierta para todos los revolucionarios del mundo y quienes luchan por conquistar una sociedad mejor. No me siento frustrada por el hecho de estar encerrada, al contrario la cárcel para mi abre otros espacios y forja al combatiente, así que estoy con mucho ánimo y con la moral en alto porque hay que luchar en contra de un régimen que hace las leyes a su amaño, para aplicarlas a la mayoría que son la clase pobre y trabajadora y esto hace que cada día me convenza más de la justeza de nuestra lucha, porque todos los días toma una vigencia y tiene razón de ser y de existir y este encierro no me hace cambiar mi manera de pensar porque a mi me privaron de la libertad física, más no de mis ideales.
Me despido con un fuerte abrazo».
No hay comentarios:
Publicar un comentario