martes, 4 de enero de 2011
En Bolívar nos encontramos todos
En momentos luminosos para toda la región nace el Movimiento Continental Bolivariano (MCB), un espacio para la confluencia de organizaciones políticas y sociales de América latina y del mundo, sin discriminación de métodos, espacios, ni cosmovisiones, con el único límite del sentimiento humano y la justicia.
Fue en Caracas, cuna de Simón Bolívar y capital de los sueños de nuestra América de hoy, donde nos reunimos más de 1.200 delegado/as de todo el Continente y algunos invitados del mundo, para darle un espaldarazo al proceso de cambio que viven algunos de nuestros países latinoamericanos y para evitar su retroceso.
El Movimiento Continental Bolivariano, una transición de la antigua Coordinadora Continental Bolivariana, agrupa a la parte más consecuente y comprometida de los revolucionarios de hoy. A los comunistas y socialistas venezolanos, a los mapuches, miristas y comunistas chilenos, a los comunistas y populares socialistas de México, a los luchadores del pueblo vasco, a los caamañistas dominicanos, a los del frente de la resistencia de Honduras, a los revolucionarios/as brasileño/as en sus dos grandes tendencias (PCB y PCdoB), a los independentistas de Puerto Rico, a los que trabajan con la comunidad negra y latina de Nueva York, a los del FMLN del Salvador, a la URG de Guatemala, a los comunistas colombianos y sus guerrillas, al histórico Partido Comunista Argentino, a los revolucionarios peruanos y ecuatorianos, entre otros/as.
Como la Wiphala, bandera de la Abya-Yala, un universo de colores y luchas se entrelazan para parir una fuerza descomunal, basada en el amor al pueblo, en la solidaridad internacional, en un ideal común.
En su presidencia colectiva agrupa a personalidades de la talla mundial como lo son: Oscar Niemeyer, Narciso Isa Conde, Mons. Pedro Casaldaliga, Iñaki Gil de San Vincente, James Petras, Suzi Castor, Manuel Marulanda Vélez (fallecido), Aluísio Bevilaqua, Alfonso Cano, Juvenal Herrera (fallecido), Salvador Tió y Jorge Beinstein.
El congreso fundacional del MCB, realizado durante los días 6 al 9 de diciembre, fue un espacio propicio para recuperar la esperanza, para acumular fuerzas y voluntades en aras de concretizar el sueño y proyecto de Bolívar y de casi todos nuestros próceres independentistas: ver una América libre y unida.
La instalación de las bases militares en Colombia, el golpe militar en Honduras, el intento de Golpe De Estado en Paraguay, la desestabilización en Venezuela y Bolivia, son parte de lo que llamamos la contraofensiva imperialista de estos tiempos; el cuál, derrotado por las urnas en Ecuador, Guatemala, Salvador, Uruguay, Bolivia, Venezuela, Brasil, Paraguay, Nicaragua, Chile y Argentina, intenta articular su estrategia de dominación en base a la conspiración y la fuerza militar.
Por eso el afán reciente y pertinaz por aplastar las indestructibles Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las cuales constituyen un contén militar seguro para las ansias de utilizar la fuerza en países fronterizos como Bolivia, Venezuela y Ecuador. Constituyen pues las FARC-EP y las demás milicias revolucionarias del continente, un escudo para los pueblos libres, para que puedan seguir llevando a cabo y en paz la realización sus sueños, que son también los nuestros, que no son otros que ver a los niños latinoamericanos comer y crecer alegres, no morir de enfermedades previsibles, asistir a una escuela nueva y vivir en un techo seguro, sin temor a bombas ni tormentos.
No podía ser de otra forma. Cuando los pueblos de América Latina intentaron liberarse en los años 60’s, 70’s y 80’s del hambre, la pobreza y la dominación, muy vinculados a la política de saqueo y división impulsada desde el Norte, el Pentágono y el Departamento de Estado respondieron con Golpes de Estado, con instalación de dictadores sanguinarios, con invasiones, con conspiraciones, con contrainsurgencias, con Planes Condor, con asesinatos selectivos, con campañas de desintegración y alienación. La historia se ha encargado de documentarlo todo y lo escrito, escrito está.
El diablo nunca duerme. Desde los tiempos de la doctrina del Destino Manifiesto y de la Doctrina Monroe, han considerado nuestras tierras y nuestros recursos como propios. Sus intereses se defienden en nuestros territorios y su seguridad nacional se garantiza con nuestra sangre. Nosotros, los latinoamericanos, también hemos sido culpables, ante las ansias y políticas de saqueo, no hemos podido unir nuestras voluntades, única garantía para lograr los nobles fines.
El MCB tiene entonces que tender hacia ese objetivo. Los presidentes progresistas del continente están haciendo ingentes esfuerzos por promover la integración latinoamericana a través de espacios como la UNASUR, el ALBA, MERCOSUR, Petrocaribe, Telesur, entre otros, a pesar de la acción disuasoria y pérfida de los lacayos de Washington como Alan García, Álvaro Uribe, Leonel Fernández y Felipe Calderón, a los que se suma ahora Martinelli. Falta entonces la contraparte de las organizaciones sociales y políticas de promover la unidad y la cohesión continental, única garantía para construir un proyecto latinoamericanista y soberano. Antiguos espacios como el Foro de Sao Paulo o el Seminario del PT, están desbordados y son incapaces para dar respuesta a las necesidades del presente continental.
En buen momento nace el MCB, esperemos que pueda aportar su grano de arena.
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- Jacobo
- Voy Tras la huella que un día Marulanda desde Marquetalia luchando trazo, quiero seguir sus pasos ser Hombre nuevo, en el combate ser el primero, peleando siempre por la verdad.
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