Manuel Marulanda Vélez
El artesano de la estrategia
Las FARC son una organización política-militar que lucha por la toma del poder para el pueblo. Su táctica es la Combinación de todas las formas de lucha de masas. Aplican a la realidad colombiana los principios fundamentales del marxismo leninismo. Se inspiran en el pensamiento revolucionario del Libertador Simón Bolívar.
Se rigen por el Plan Estratégico, la Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia, las conclusiones de sus Conferencias y de los plenos de su Estado Mayor Central. En las FARC, Bolívar y Marx se complementan, marchan juntos, constituyéndose en una potencia demoledora contra la opresión. Propugnan -como lo reseñan sus Estatutos- por la creación de un auténtico ejército bolivariano, tal como lo concibiera el propio "arquitecto de castillos en el aire", Bolívar, es decir, movidos por el amor al pueblo y a la patria, y el odio a la tiranía.
Es tal el ingenio de Marulanda que ha obligado al Estado y a la comandancia militar a adecuar el despliegue de su fuerza al Plan Estratégico de las FARC, surgido de su aguda visión del conflicto. A la estructuración de las FARC en siete Bloques, el ejército ha respondido con la creación de siete Divisiones cuyo dispositivo coincide con la dislocación de la fuerza guerrillera para contrarrestar su accionar, contando con el apoyo político, económico y militar del gobierno de los Estados Unidos.
Refiriéndose a la estrategia nacional del Estado que integra esfuerzos en lo político, económico, social y militar, el general Bonett admite que a diferencia de la mayoría de países, en la que prevalece la integridad territorial, la de Colombia coloca el acento en la seguridad interna, y su objetivo es controlar el territorio, proteger los recursos naturales, las inversiones nacionales y extranjeras, dar seguridad a la infraestructura nacional, impedir el avance de la guerrilla, la insurrección del pueblo, y la defensa del gobierno.
Todo está estructurado en esa estrategia para mantener el poder político en manos de las oligarquías y para garantizar a las trasnacionales el expolio neoliberal de nuestras riquezas.
La estrategia de las FARC tiene dos direcciones o senderos: la toma del poder por la vía de las armas, y el acceso al mismo por la vía política, de las alianzas y de la solución diplomática del conflicto. Comienza con el despliegue de la fuerza, acompañado de la acumulación y el desarrollo de esa fuerza en tres fases o etapas -que no entramos a detallar-, las cuales se han venido surtiendo paso a paso, con avances y retrocesos, como ocurre con toda realidad, pero sin perder de vista el norte estratégico. El despliegue de la fuerza se ha completado y las FARC hacen presencia en todo el territorio nacional. Las tareas generales son de crecimiento, vigorización de los frentes, consecución de medios para la confrontación, construcción de corredores estratégicos, organización de masas, de Partido Comunista Clandestino, Movimiento Bolivariano, activación de Redes urbanas militares, de milicias bolivarianas en el campo y la ciudad, de frentes de masas, etc., esfuerzos conectados con la idea del levantamiento insurreccional. Sin levantamiento insurreccional no hay nada.
Todo está proyectado para fusionar el torrente de la lucha popular con la fuerza guerrillera que desciende de la montaña. Cuando estén dadas las condiciones, entrará en funcionamiento el Comando General que dirigirá la ofensiva, conformado por el Secretariado y los comandantes de los Bloques.
Hace parte de la estrategia una política de fronteras. Las FARC no incursionan contra los ejércitos de los países vecinos, y define claramente que no son sus enemigos. Desarrollan una intensa labor de contactos internacionales orientados a lograr el reconocimiento de su estatus beligerante.
En caso de una intervención militar directa, masiva de los Estados Unidos en el conflicto interno de Colombia, la confrontación adquiría el carácter de guerra patria. En el plano interno las FARC dirigen esfuerzos hacia sectores patrióticos y bolivarianos de las Fuerzas Armadas, a quienes considera indispensables en el proyecto de construcción de la Nueva Colombia; desarrolla una gran actividad de contactos con organizaciones políticas y sociales del país con miras a articular una alternativa política hacia la instauración de un nuevo gobierno verdaderamente democrático y soberano; Propicia diálogos de paz con el gobierno de acuerdo a sus lineamientos estratégicos; Define políticas para la unidad de acción con otras organizaciones insurgentes; se ocupa de la suerte de los guerrilleros presos y lisiados de guerra; del funcionamiento de hospitales de campaña y de talleres de reparación de armamento, de fabricación de armas y explosivos; Busca estabilizar la Cadena Radial Bolivariana, Voz de la Resistencia y otros instrumentos de difusión, como mecanismo de orientación política al pueblo.
Estas son entre otras, algunas líneas de acción del Plan estratégico de las FARC. Desde luego hay aspectos de la estrategia que continúan cuidadosamente guardados en el cofre de los arcanos, sobre todo los relacionados con los reajustes a la misma, insinuados por la cambiante realidad, la dialéctica natural de los acontecimientos políticos y militares, que solamente son del dominio del Comandante en Jefe y de su equipo de trabajo, los integrantes del Secretariado.
Fundamental preocupación constituía para Marulanda la formación de mandos político-militares capaces, para el desarrollo y la conducción del proyecto. Siempre, personalmente se ocupó de la dirección de la Escuela Nacional de cuadros "Hernando González Acosta", en la que él mismo fungía como instructor.
Apreciaba mucho el intercambio de experiencias como camino más rápido para el aprendizaje, y en tal sentido daba gran importancia a la exposición de casos tácticos en el tablero por parte de los mandos que pasaban por la escuela. Se explicaban todos los detalles: lo positivo, lo negativo, el plan, la ejecución del mismo, rutas de aproximación, el repliegue, los aseguramientos y contenciones, avanzadas, grupos antiaéreos, etc., de tal manera que los estudiantes salían esclarecidos con este método de clases magistrales. Las experiencias en la construcción política también eran y siguen siendo objeto de intercambio. Para el desarrollo del Plan Estratégico requerimos 600 comandantes de Compañía, explicaba el Comandante Manuel.
Desde luego esto supone la existencia de 1.200 comandantes de Guerrilla y 2.400 de Escuadra. La formación de los mandos en las FARC es atendida por la escuela nacional y por las escuelas de los bloques y los frentes.
La magnitud de la empresa y el significado de la toma del poder en Colombia, debe mirarse a la luz de la realidad. La lectura de la misma sugiere tener en cuenta que Colombia es un país intervenido militarmente por el gobierno de los Estados Unidos. El Plan LASO, el Plan Colombia, el Plan Patriota, son la misma espiral violenta de una intervención que no cesa. Este último es la continuación de la intervención de los años 60.
La mutación de los pretextos o justificaciones ideológicas solo buscan asegurar el engaño. La lucha contra el "enemigo interno", el comunismo, el narcotráfico y el terrorismo, son infames sofismas de distracción y demonios de la manipulación mediática que encubren el expolio neoliberal de Nuestra América, el despojo del petróleo, del gas, del carbón, el agua y la biodiversidad. Algunos, coincidiendo con tales campañas mediáticas, califican a las FARC como guerrilla endémica que asumió su estado de insurgencia como una forma de vida, y que por eso no les interesaría la toma del poder. Tal vez en desarrollo de esa lógica absurda es que han llegado a la conclusión de que la lucha armada sólo fue viable hasta los años 70 y sugieren entonces el trueque de las armas por la sola lucha electoral, sin tener en cuenta la condición violenta que caracteriza al Estado colombiano.
A la cuestión del por qué la guerrilla no se ha tomado el poder, responde Manuel Marulanda Vélez:
"Es muy difícil hacerse entender y puede que lo que uno diga no sea de entera complacencia, pero ninguna situación revolucionaria se da por el sólo deseo de los revolucionarios, tampoco se da por el deseo de los jefes políticos y militares, sino que obedece a una situación especial que debe darse en el país.
Condiciones que no surgen en 4 o 5 años. Para que todo el mundo comprenda, se trata es de hacer un cambio de estructuras, de hacer la revolución, que hay que derrocar el sistema, que hay que cambiar el ejército por uno nuevo… eso no puede hacerse de un momento para otro… Todo obedece a una situación política, económica y social, y además a factores objetivos y subjetivos. Que si hay una situación dada no está la otra; entonces, hasta que aquellas cosas no se den en su conjunto, la fuerza reaccionaria no se haya debilitado por las diversas contradicciones, es imposible desembocar en la revolución". La formación de un ejército revolucionario para la toma del poder demanda la consolidación de unas condiciones específicas: "…Lo primero que necesitamos es un mando bien estructurado en el aspecto político y militar; con dominio sobre la situación política del país. Y la formación de los mandos es un proceso largo. Necesitamos de mandos capaces en el aspecto político y militar; mandos medios que requieren una preparación suficiente y prolongada, con muchos conocimientos para conducir tropas.
Necesitamos tropas preparadas, entrenadas". Por otra parte, "la consecución de armamento en este país no es fácil; aquí uno va a una tienda y puede conseguir un bulto de arroz, otro de panela, otro de chocolate, pero no puede ir a una tienda a decir: véndame 50 fusiles o véndame 20.000 cartuchos... También se requiere crear todo un equipo de profesionales en materia de especialidades… Lo estoy diciendo a manera de ejemplo, pongamos 40.000 hombres: ¿Cuántos especialistas necesitarían? -médicos, enfermeros, expertos en comunicaciones, topógrafos, ingenieros, explosivistas, artilleros, propagandistas, choferes para el transporte de tropas- Se necesitan miles… Es gente que hay que prepararla. Ese proceso no se da así tan rápido como uno quisiera… Tanto la formación de un ejército, como la toma del poder, no se pueden dar de la noche a la mañana. A mí no se me ocurre que personas cultas y capaces, piensen que un proceso revolucionario se puede efectuar de un momento a otro… No me incomoda pensar, que nosotros en este proceso de lucha no nos hayamos tomado el poder todavía; no me incomoda, porque hay que partir de un análisis justo y realista de cada una de las situaciones para poder pensar cuándo nos tomamos el poder".
Hay un plan en marcha para toma del poder, y eso es lo importante. Y que avanza. Si no fuera así no se estaría dando ese escalamiento de la intervención militar directa del gobierno de los Estados Unidos en el conflicto interno de Colombia.
El nuevo modo de operar como línea táctica emanada de la Séptima Conferencia es explicado así por el comandante Marulanda: "Es un Nuevo Modo de Operar para golpear al enemigo en los diferentes desplazamientos diurnos y nocturnos; en los distintos terrenos de la geografía nacional… si vamos a la casa de ellos, donde tienen sus trincheras, tienen sus ametralladoras, sus morteros, sus abastecimientos y bien planeada la defensa, así es mucho más costoso para nosotros y estamos expuestos al peligro. Por ello la guerrilla debe buscar la manera de hacerlos desplazar para golpearlos en movimiento, teniendo en cuenta el amplio concepto que encierra la disciplina.
El ataque al enemigo debe ser permanente y no por cosechas. Lo que se necesita es dinamizar nuestra operatividad, persiguiéndolos constantemente sin darles tiempo para el descanso. -Lo decía de otra manera recientemente: la Novena Conferencia en su análisis tiene que examinar con atención todo lo que nos rodea a favor y en contra para poder dar pasos firmes en la concreción y ratificación de tareas de todo orden para fortalecer el Plan Estratégico.
En el entendido que lo fundamental en la actual coyuntura de este gobierno paramilitar, es movilización y organización de masas en dirección a alcanzar el objetivo supremo: la toma del poder, mediante variadas acciones donde ello sea posible. Incluido el permanente accionar guerrillero, sean estas acciones grandes, pequeñas o medianas, donde apliquemos el dicho maoísta: "Dios, fusil, nosotros y pólvora", en cuarteles, carreteras, transportes, montañas, puentes, torres eléctricas, bancos, petróleo y desplazamientos de tropas en operativos etc. Todo ello dirigido contra la dirigencia gobernante y la economía para debilitarla. Y Dios, en este caso es el pueblo-. ¿Qué tal que el enemigo se trace una nueva táctica de no salir de los Batallones? La Guerrilla no puede quedarse quieta por ningún motivo; debe buscar la manera de golpear a los guardias, a las patrullas avanzadas de seguridad, dejarlos sin luz, agua, golpear los medios de abastecimiento, aislarlos de la población civil a través de la propaganda, combinando la parte militar con la política, y así, estamos cumpliendo con los objetivos del Nuevo Modo de Operar.
Mejor dicho, la guerrilla tiene que recurrir a todos los medios indispensables: paralizando los abastecimientos, la energía, carreteras, transportes y otras actividades, que le garanticen su éxito sobre el enemigo, sin dejarlo reponer ni moral ni físicamente. Sin esperar que seamos cientos de hombres, los podemos golpear con pequeños comandos, Escuadras, Guerrillas, Compañías y Columnas. En lo anterior, prima por encima de todo la voluntad de los mandos y combatientes, porque no hay triunfo sin esfuerzo y perseverancia.
Sin olvidar el elemento principal para toda clase de acciones: la inteligencia. Esta, debe ser permanente, sin interrupción y utilizarla en los desplazamientos diurnos y nocturnos; en los escondites en ciudades y campos. Hacer todo guardando el secreto, para evitar golpes del enemigo".
En cuanto a lo operacional y lo táctico que pincela de alguna manera su concepción de la guerra de guerrillas, opina Marulanda:
"La parte operacional es el desarrollo permanente del accionar del Movimiento guerrillero. Ahora, si nos ponemos a hacer una diferencia, podemos considerar una operación militar en gran escala de todas las unidades del Bloque Sur, que involucre la mayor parte de las Fuerzas Armadas situadas dentro de su territorio, o una acción que los involucre a todos, como parte de un plan operacional. Es algo complejo, ya que es algo grande. Caso táctico puede ser atacar una patrulla, atacar un camión con tropas, policías, sicarios, paramilitares; todas esas pequeñas acciones sumadas son casos tácticos; en cambio una operación, involucra un gran cuerpo armado con acciones que pueden durar 24 horas, 20 días, uno o dos meses. Ahora veamos: si el Sur se trazara la tarea de atacar 5 o 6 Batallones simultáneamente en su jurisdicción, esto se llama operación, y puede ser relámpago o prolongada; paralizando carreteras a la misma hora para ejercer control sobre el comercio, el transporte, etc. Una operación puede tener como finalidad, desalojar al enemigo de una posición.
Naturalmente para acciones de ésta naturaleza tenemos que crear todas las condiciones, incluido hasta el más mínimo detalle; sin olvidar el apoyo de masas, táctica operativa y estrategia. Esta última termina con la toma total del territorio, o la capital de la República para quedarnos con ella, y como tal, instalar el poder.
Es para esto que se necesita la cantidad de mandos y compañías, de que hemos venido hablando; y se necesitan bien armados.
tomado de Resistencia 37
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